¿Cremas…? ¡Sí, por favor!
Cada vez somos más los hombres que hemos decidido cuidar nuestra piel y esto es algo muy positivo si tenemos en cuenta que nuestra piel es más propensa a ceder ante los signos de envejecimiento. Esto se debe a que nuestra piel posee una mayor cantidad de glándulas sebáceas que causan un alto nivel de transpiración, provocando que nuestros poros se ensucien con mayor facilidad y aparezcan procesos inflamatorios y manchas.
Siendo así y, aunque nosotros no solemos maquillarnos, como sí hacen las mujeres casi a diario, nuestro rostro requiere de ciertos cuidados, más allá de lavarnos la cara con agua fría por las mañanas o enjabonarnos bajo la ducha.
Nuestra piel, aún siendo de contextura más gruesa, también requiere darle atención si queremos mantener un rostro luminoso, sano y sin aspecto cansado.
Aunque al principio pueda parecerte un tanto tedioso, es cuestión de crear una rutina diaria que en muy poco tiempo dará resultados positivos que agradecerás siempre. Es muy sencillo, te lo explicamos.
¿Qué tipo de piel tienes?
Antes de continuar, es necesario que tengas en cuenta cuál es tu tipo de piel ya que, aunque toda piel necesita hidratarse, el tratamiento específico variará en función del nivel de hidratación o de sequedad que tenga de manera natural.
Piel normal
Si tu piel es de aspecto equilibrado, tiene el nivel de hidratación correcto sin exceso de brillos y rojeces o zonas secas, estás de enhorabuena, tienes una piel normal, lo que no significa que no requiera cuidados. Los necesita, pero es mucho más fácil mantener su estado saludable.
Algunas características comunes:
- Suele ser de un tono rosado uniforme
- Rara vez aparecen impurezas
- Su tacto es suave, aterciopelado gracias a su equilibrio natural
- Es una piel lisa, sin arrugas, con poros poco visibles y elástica
- Carece de brillos puesto que no hay exceso de sebo
- No hay presencia de manchas, poros abiertos o líneas tirantes
- Suele mostrar alta tolerancia al jabón
- Presenta una buena tolerancia a los jabones
- Broncea al sol en exposiciones normales y controladas
- Resiste bien los cambios de temperatura
Piel normal
Si tu piel es de aspecto equilibrado, tiene el nivel de hidratación correcto sin exceso de brillos y rojeces o zonas secas, estás de enhorabuena, tienes una piel normal, lo que no significa que no requiera cuidados. Los necesita, pero es mucho más fácil mantener su estado saludable.
Algunas características comunes:
- Suele ser de un tono rosado uniforme
- Rara vez aparecen impurezas
- Su tacto es suave, aterciopelado gracias a su equilibrio natural
- Es una piel lisa, sin arrugas, con poros poco visibles y elástica
- Carece de brillos puesto que no hay exceso de sebo
- No hay presencia de manchas, poros abiertos o líneas tirantes
- Suele mostrar alta tolerancia al jabón
- Presenta una buena tolerancia a los jabones
- Broncea al sol en exposiciones normales y controladas
- Resiste bien los cambios de temperatura
Piel Seca
Las pieles secas suelen producir menos sebo que las pieles normales, por lo que suelen tender a deshidratarse con mayor facilidad dando pie a descamaciones y causando que la barrera dérmica natural se vea afectada.
Algunas características comunes:
- Descamación, leve o moderada
- Sensación de tirantez
- Tacto áspero y rugoso
- Picor
- Baja tolerancia a agentes externos
- Baja tolerancia a jabones sin agentes lípidos en su composición
- Si este es tu caso, recomendamos que uses una crema hidratante rica en colágeno que te ayude a recuperar la elasticidad natural de tu piel
Piel seca
Las pieles secas suelen producir menos sebo que las pieles normales, por lo que suelen tender a deshidratarse con mayor facilidad dando pie a descamaciones y causando que la barrera dérmica natural se vea afectada.
Algunas características comunes:
- Descamación, leve o moderada
- Sensación de tirantez
- Tacto áspero y rugoso
- Picor
- Baja tolerancia a agentes externos
- Baja tolerancia a jabones sin agentes lípidos en su composición
- Si este es tu caso, recomendamos que uses una crema hidratante rica en colágeno que te ayude a recuperar la elasticidad natural de tu piel
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Piel grasa
Si tu piel es grasa, tenderá a favorecer la aparición de granitos o puntos negros debido al exceso de producción de sebo. Esta puede darse por diferentes factores, tales como estrés, una alimentación desequilibrada, genética, mala higiene o alteraciones hormonales (suelen darse en la adolescencia)
Algunas características comunes:
- Brillos (exceso de sebo)
- Poros dilatados, fácilmente visibles
- Granitos o puntos negros, reacción normal debido al exceso de sebo
- Piel engrosada y pálida, esto es debido a que los vasos sanguíneos son menos visibles
- Inflamación en zonas afectadas a causa del exceso de impurezas
Piel grasa
Si tu piel es grasa, tenderá a favorecer la aparición de granitos o puntos negros debido al exceso de producción de sebo. Esta puede darse por diferentes factores, tales como estrés, una alimentación desequilibrada, genética, mala higiene o alteraciones hormonales (suelen darse en la adolescencia)
Algunas características comunes:
- Brillos (exceso de sebo)
- Poros dilatados, fácilmente visibles
- Granitos o puntos negros, reacción normal debido al exceso de sebo
- Piel engrosada y pálida, esto es debido a que los vasos sanguíneos son menos visibles
- Inflamación en zonas afectadas a causa del exceso de impurezas
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Este tipo de pieles es más delicado de tratar debido a que presenta características de pieles secas y grasas. Las alteraciones grasas suelen situarse en la llamada ‘zona T’, situada en áreas de la frente, nariz y barbilla. La sequedad suele situarse en la zona de las mejillas.
Algunas características comunes:
- Producción excesiva de grasa en frente, nariz y barbilla.
- Aparición de poros dilatados y proliferación de puntos negros en la ‘zona T’.
- Mejillas con tendencia a presentar sequedad (esta variará dependiendo del nivel de deshidratación que se de en esta zona)
- Reacción a los jabones muy abrasivos o lociones con agentes lípidos específicos para pieles secas
Piel mixta
Este tipo de pieles es más delicado de tratar debido a que presenta características de pieles secas y grasas. Las alteraciones grasas suelen situarse en la llamada ‘zona T’, situada en áreas de la frente, nariz y barbilla. La sequedad suele situarse en la zona de las mejillas.
Algunas características comunes:
• Producción excesiva de grasa en frente, nariz y barbilla.
• Aparición de poros dilatados y proliferación de puntos negros en la ‘zona T’.
• Mejillas con tendencia a presentar sequedad (esta variará dependiendo del nivel de deshidratación que se de en esta zona)
• Reacción a los jabones muy abrasivos o lociones con agentes lípidos específicos para pieles secas
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Los 7 pasos para mantener un rostro cuidado
Ahora sí, como te decíamos, cada tipo de piel requiere de unos tratamientos diferentes, pero los cuidados básicos son los mismos para todas y cada una de ellas. Toma nota.
Paso 1 | Lavado
Nunca utilices un jabón ordinario o el que aplicarías en el resto del cuerpo puesto que suelen ser más abrasivos para la piel de tu rostro y la resecaría.
No subestimes este paso y mantendrás tu piel libre de impurezas y suciedad.
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Paso 2 | Exfoliante
Algo que solemos olvidar la mayoría de los hombres y que nos evitaría la acumulación de células muertas y la aparición de puntos negros es el gel exfoliante. Debes aplicarlo una vez en semana (dos veces máximo si tu piel pruduce muchas impurezas) pero no más porque irritaría tu piel y dañarías la barrera protectora natural que la recubre.
Aplícalo dando un suave masaje circular y los componentes del propio gel actuarán dejándote una piel limpia y muy suave.
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Paso 3 | Tónico facial
Después de aclara tu piel con abundante agua tibia, es recomendable que apliques un tónico facial adecuado a tu tipo de piel para reparar el Ph natural de la piel y la preparará para que absorba todas las propiedades de la hidratante.
Es importante que lo apliques con la ayuda de un algodón o esponja facial y dejarlo secar por sí solo. No olvides repetir este paso por la mañana y por la noche.
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Paso 4 | Crema hidratante o serum
Una vez se a secado el tónico que previamente has aplicado, toca hidratar con una crema hidratante.
Por la mañana puedes usar una que sea más ligera que te ayude a mantener la piel fresca y cuidada durante el día, y por la noche puedes utilizar una crema hidratante más densa o serum, que lograrán recuperar la hidratación que durante el día, con el sol, el cansancio, el estrés, etc. pueda perder.
Paso 5 | Contorno de ojos
Esta zona es mucho más delicada, por lo que no puedes aplicar la el mismo producto que usarás para el resto del rostro.
El contorno de ojos requiere ser tratado de forma especial, por lo que debes utilizar un producto específico para la zona. Recuerda que esta es más proclive a mostrar los signos de envejecimiento con mayor facilidad.
Aplica la crema dando pequeños y suaves círculos en los párpados, las sienes (patas de gallo) y justo debajo del ojo, ayudando a mitigar mediante suaves toques las posibles ojeras o bolsas que pudieran aparecer.
Este paso también debes repetirlo dos veces al día.
Paso 6 | Repara tu piel después del afeitado
Es importante cuidar la piel antes y después del afeitado. Cuando necesites afeitarte, utiliza un gel o crema de afeitar para preparar la zona que vas a rasurar. A algunos hombres les ayuda humedecer previamente con agua bien caliente la zona a tratar. Dependerá en gran medida del tipo de piel.
Tras el afeitado, no olvides utilizar un after shave para reparar la piel rasurada. A continuación, puedes aplicar el contorno de ojos y la crema hidratante o serum.
Paso 7 | Descansa lo necesario
Sí, en este punto no hay que aplicar nada más que el sentido común. Si quieres proyectar un aspecto saludable y cuidado, además de dedicar tiempo a los pasos anteriores, es importante descansar los suficiente cada día.
Expertos en sueño recomiendan dormir de 7 a 8 horas cada día para mantenerte saludable, y esto, se notará también por fuera.